SECCIÓN RESEÑAS DE LIBROS
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LUCKS, Daniel S.
Reconsidering Reagan
Racism, Republicans and
the Road to Trump
La gura política de Ronald Reagan es una de las más icónicas de todo el siglo XX. Desde el
mismo momento en el que juró el cargo en 1981, el cuadragésimo presidente estadounidense
se convirtió en hontanar ideológico para los representantes políticos locales y para las
sucesivas generaciones de miembros del Partido Republicano. Sus programas electorales
y sus proyectos políticos conformaron una especie de revolución en la metodología de
gobierno, que ha condicionado la acción política de posteriores presidentes, hasta el punto
de que el propio Donald Trump trató de convertirse en émulo del presidente Reagan y
capitalizar su legado institucional e idiosincrático.
En el libro de Daniel S. Lucks la cuestión racial se presenta como un elemento transversal.
Los diferentes apartados de la publicación despliegan un análisis muy detallado de la
transformación y la sosticación de los discursos de Ronald Reagan a lo largo de su trayectoria
como representante público, desde su victoria como gobernador de California en 1966 hasta
su salida del Despacho Oval en 1989. Agrupados en tres bloques temáticos, el libro tiene
doce capítulos: “Early Reagan: 1º.) The Unmaking of a Racial Liberal”, 2º.) “On the Wrong Side
of History: States´ Rights vs. Human Rights”, 3º.) “Reagan´s First Campingn: Riots, the Rumford
Act, and Backlash Politics”, 4º.) “Reagan´s 1968 Race for the Presidency: ‘Law and Order’ and
the Southern Strategy”, 5º.) “the Perfect Targets: Black Radicals and Welfare Moochers”, 6º.)
“Reagan´s Near Miss in 1976: Welfare Queens, Jesse Helms, and George Wallace Voters”, 7º.)
DR. JOSÉ ANTONIO ABREU
COLOMBRI
Universidad de Alacala, abreucolombri@gmail.com
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“Let´s Make America Great Again: Reagan´s 1980 Triumph”, 8º.) “Launching a Counterrevolution
in Civil Rights”, 9º.) “Controlling the Civil Rights Commision and Igniting Old Conservative
Battles”, 10º.) “South Africa: Reagan´s Embrace of the Apartheid Government and the Fight
for Sanctions”, 11º.) “The Battle fo the Judiciary” y 12º.) “The War on Durgs, Willie Horton, and
the Criminalization of Blackness”.
La primera parte, “Up From Racial Liberalism”, se compone de los dos primeros
capítulos. En estas páginas se describe la involución ideológica de un actor publicitario y de
largometrajes de cción de (cine B), que va desde el liberalismo progresista de las décadas
de 1930 y 1940 al conservadurismo multifacético de la década de 1980. Ronald Reagan tuvo
una trayectoria profesional alejada de la política, lo que fue utilizado como argumento de
regeneración dentro del Partido Republicano y como ejemplo de individuo conectado
con la realidad social y cultural del pueblo estadounidense. La imagen de líder hecho así
mismo y situado fuera de los márgenes del sistema se construyó durante un largo proceso
de crecimiento dentro de los ciclos organizativos del Partido Republicano, dicha imagen fue
explotada sistemáticamente por los diseñadores de campaña tanto en 1966 como en 1980
y 1984. La cuestión racial supuso un grave problema para la implementación estratégica
de los dos grandes partidos, pero Reagan fue capaz de convertirla en un elemento de
aglutinación de los votantes blancos. En un contexto legislativo e institucional de expansión
de las competencias federales, los ideólogos republicanos fueron capaces de contraponer
argumentos en favor de la independencia de leyes estatales sobre la creciente proliferación
de leyes en favor de los derechos civiles.
“Riding the Wage of the White Backlash (1966-1980)” es el título de la segunda parte, se
compone de cinco capítulos (del tercero al séptimo). La conictividad social y el discurso
racista conservador están fuertemente interrelacionados desde la década de 1960 hasta la
actualidad, este apartado de la publicación se centra en la sosticada instrumentalización de
la violencia acontecida en torno al movimiento de los derechos civiles por parte de Ronald
Reagan. Las facciones radicales de la minoría negra construyeron un discurso muy incisivo
contra las instituciones y el orden legal establecido, algo que los republicanos no dudaron
en aprovechar, a la hora de relacionar la radicalidad de algunos líderes negros con todo el
movimiento que reclamaba igualdad de derechos y oportunidades. La comunidad hispana
también consiguió un papel muy destacado, ya que algunas estafas en la seguridad social y
acciones criminales individuales sirvieron para estigmatizar a todo el colectivo. Los discursos
racistas fueron muy frecuentes en aquel tiempo, estuvieron naturalizados mediáticamente
y se asociaron con problemas ciudadanos de índole socio-económico y de seguridad. La
cuestión racial provocó una enorme brecha ideológica en el seno de todas las delegaciones
demócratas, pero especialmente en los territorios del Bible belt. Los demócratas partidarios
de la candidatura independiente de George Wallace (1968) facilitaron mucho las victorias
electorales del Partido Republicano. El candidato Reagan supo gestionar muy bien el
descontento de la mayoría blanca en 1980. Sin hacer mucho ruido, puso en marcha, lo que
algunos han denominado, la “contrarrevolución de los derechos civiles”.
La tercera parte, “President Reagan: Rolling Back the Civil Rights Revolution (1981-1989)”,
se compone de cinco capítulos (del octavo al duodécimo). En estas páginas se recogen
episodios muy conocidos y estudiados de la administración Reagan, también algunos
aspectos estridentes y polémicos, como la armación de que la separación racial por
distritos en Sudáfrica era una medida justa y efectiva, que “garantizaba” el orden social y
la seguridad en las calles (apartheid). Las amplias victorias electorales otorgaron al Partido
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Republicano un inmenso poder en las instituciones federales, el presidente Reagan y sus
equipos de gobierno no dejaron pasar la oportunidad de aupar a las altas magistraturas del
Estado a funcionarios de ideología conservadora. La batalla por los órganos jurisdiccionales
adquirió una gran repercusión en su momento, además sirvió para neutralizar algunos de
los avances de las minorías en décadas pasadas; la comisión de derechos civiles se convirtió
en un “cuadrilátero” político y en un “espectáculo” periodístico sin precedentes. Los vestigios
del progresismo de las anteriores administraciones demócratas fueron eliminados de forma
estricta. La guerra contra la comercialización y el consumo de estupefacientes fue encauzada
hacia la criminalización de la comunidad negra, especialmente en los grandes núcleos
urbanos. Aquella agenda antidrogas dejó una población reclusa bien nutrida de individuos
provenientes de minorías y una gran insensibilidad discursiva por parte de las autoridades
republicanas.
Ronald Reagan nació en Illinois, en el seno de una familia de votantes demócratas, que
tenían un gran afecto a las reformas legislativas de la administración Roosevelt (New Deal). La
“conversión” al conservadurismo le provocó la repudiación de todas las acciones del Partido
Demócrata. Hasta tal punto fue así, que en los años previos a su candidatura a gobernador
de California, asumió una serie de expresiones muy benignas con la represión policial de los
disturbios de la población negra. Lucks destaca en diferentes puntos de la obra que Reagan
neutralizó la legislación favorable a la causa de las minorías, eso fue una causa de orgullo
para el ala derecha del Partido Republicano y toda una constelación de grupos racistas:
supremacistas, segregacionistas y tradicionalistas xenofóbicos.
El presidente Reagan es aclamado popularmente como el gran hacedor de la recuperación
económica en la década de 1980, también se convirtió en el gran personaje de la fase nal de
la Guerra Fría, por la implementación del proyecto Star Wars y la expansión del gasto militar.
Los medios de comunicación estadounidenses, sobre todo después de su muerte en 2004,
han contribuido a crear una imagen de líder carismático y victorioso, comprometido con
los intereses del pueblo, sensible a los fundamentos históricos de la nación y preservador
de la seguridad nacional. Esa revisión positiva de la imagen política de Ronald Reagan ha
contribuido a que se minimicen los elementos más radicales de su agenda y sus acciones
más polémicas (escándalos políticos y excesos verbales). A día de hoy, en los discursos
institucionales y conmemorativos, los demócratas y los republicanos destacan que era un
conservador rígido, pero sin profundizar en los aspectos negativos de sus dos mandatos
presidenciales.
El autor utiliza fuentes muy interesantes para el constructo hipotético y argumentativo
de la investigación, porque dichas fuentes son casi inéditas en algunas ocasiones y otras han
tenido muy poca relevancia en anteriores proyectos. De las fuentes hemerográcas analizadas,
destacan algunas publicaciones periodísticas de la comunidad negra estadounidense, que
cubrieron los dos mandatos presidenciales de Reagan de forma crítica. La investigación en
su conjunto trata de abarcar la deriva conservadora del Partido Republicano en materia
de derechos civiles, multiculturalismo, estilos de vida alternativos y pluralismo ideológico.
Consiguientemente, se pone en valor la capacidad del candidato Reagan para congeniar
con los segregacionistas sureños, diluir las ansiedades políticas de los votantes republicanos
y, nalmente, articular un discurso de empoderamiento para la mayoría blanca.
En denitiva, Lucks se centra en la dimensión racial de la revolución conservadora de
Ronald Reagan, los grupos de presión republicanos sobre el sistema de justicia y en la
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“reacción blanca” de la década de 1980. El autor quiere transmitir dos ideas principales:
el discurso poliédrico y atrevido de los nuevos ideólogos republicanos lle al candidato
Reagan hacia el Despacho Oval y que el presidente Reagan implementó una serie de
legislaciones involucionistas sobre los derechos de las minorías raciales (planes de vivienda,
becas educativas, War on Drugs, planes de reinserción social, etcétera). Es muy posible que
el presidente Reagan fuese el más insensible a la discriminación racial desde la década de
1920, no solo por su gestión presidencial, sino por su labor como gobernador de California.
En los meses previos a noviembre de 1966, con la intención de proyectar una imagen
política dura y tradicionalista, el candidato a gobernador emitió una serie de declaraciones
muy controvertidas, que ahondaban en gran medida la fractura social derivada de los
problemas raciales. Esos antecedentes de manifestaciones racistas nunca tuvieron
repercusiones electorales negativas para Reagan, como las habían tenido para Richard
Nixon y Barry Goldwater. En los meses previos a noviembre de 1980, sin la intención inicial
de demoler los avances del movimiento de los derechos civiles, el candidato a la presidencia
promovió una serie de reformas económicas y presupuestarias que acabaron teniendo
graves consecuencias para el bienestar de la comunidad negra y los grupos de inmigrantes
de origen hispano.
La sonrisa espontánea y la improvisación retórica fueron muy útiles para que Reagan
esquivase las acusaciones de racismo institucional y pudiese proyectar una imagen política
blanda de cara a la mayoría blanca de los grandes núcleos urbanos y de la región del Medio
Oeste. El discurso patriótico hizo que muchos ciudadanos blancos con pasado demócrata
se reubicasen en el discurso electoral del Partido Republicano. En todos los sentidos, el estilo
de liderazgo del presidente Reagan se convirtió en una auténtica inspiración para Donald
Trump, sobre todo por sus buenos resultados electorales y su inmensa popularidad. El
autor trata de establecer una clasicación temática de los diferentes discursos actuales que
plantean continuidades y concomitancias entre las promesas de regeneración de Reagan y
Trump.
La conclusión, “Reagan´s Racial Legacy and the Road to Trump”, tiene dos áreas
fundamentales: síntesis de los principales aspectos desarrollados en la publicación e
interpretación de los nexos ideológicos entre los discursos republicanos de la década de
1980 y los actuales. En estas páginas nales, el autor reexiona sobre las diferentes variantes
de la retórica racista en relación al modelo económico neoliberal, a la preservación cultural y
al proceso de representación política. La conclusión en su conjunto pretende dejar bastante
claro que existen muchas similitudes entre los discursos promovidos por las administraciones
de Reagan y Trump, sobre todo en las acusaciones contra las bolsas de población ilegal, la
criminalización de la inmigración y la negatividad de los temas vinculados a las minorías.
Lucks pone de maniesto que la desigualdad económica y la fractura social entre grupos
raciales continúa constituyendo un problema político de primer orden, debido a que las
legislaciones homogeneizadoras siguen fracasando. A día de hoy, en las altas esferas de
poder siguen predominando ricos blancos y “las prisiones están rebosando gente pobre de
color” (página 258). Al mismo tiempo, Lucks destaca que Ronald Reagan, a pesar de todas
sus acciones como representante político, no ha pasado a la historia como un personaje
racista.
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REFERENCIAS
LUCKS, Daniel. Reconsidering Reagan. Racism, Republicans and the Road to Trump, Beacon
Press, Boston, 2020, 344 págs., ISBN: 9780807029572