Reseñas de libros
142
“Let´s Make America Great Again: Reagan´s 1980 Triumph”, 8º.) “Launching a Counterrevolution
in Civil Rights”, 9º.) “Controlling the Civil Rights Commision and Igniting Old Conservative
Battles”, 10º.) “South Africa: Reagan´s Embrace of the Apartheid Government and the Fight
for Sanctions”, 11º.) “The Battle fo the Judiciary” y 12º.) “The War on Durgs, Willie Horton, and
the Criminalization of Blackness”.
La primera parte, “Up From Racial Liberalism”, se compone de los dos primeros
capítulos. En estas páginas se describe la involución ideológica de un actor publicitario y de
largometrajes de cción de (cine B), que va desde el liberalismo progresista de las décadas
de 1930 y 1940 al conservadurismo multifacético de la década de 1980. Ronald Reagan tuvo
una trayectoria profesional alejada de la política, lo que fue utilizado como argumento de
regeneración dentro del Partido Republicano y como ejemplo de individuo conectado
con la realidad social y cultural del pueblo estadounidense. La imagen de líder hecho así
mismo y situado fuera de los márgenes del sistema se construyó durante un largo proceso
de crecimiento dentro de los ciclos organizativos del Partido Republicano, dicha imagen fue
explotada sistemáticamente por los diseñadores de campaña tanto en 1966 como en 1980
y 1984. La cuestión racial supuso un grave problema para la implementación estratégica
de los dos grandes partidos, pero Reagan fue capaz de convertirla en un elemento de
aglutinación de los votantes blancos. En un contexto legislativo e institucional de expansión
de las competencias federales, los ideólogos republicanos fueron capaces de contraponer
argumentos en favor de la independencia de leyes estatales sobre la creciente proliferación
de leyes en favor de los derechos civiles.
“Riding the Wage of the White Backlash (1966-1980)” es el título de la segunda parte, se
compone de cinco capítulos (del tercero al séptimo). La conictividad social y el discurso
racista conservador están fuertemente interrelacionados desde la década de 1960 hasta la
actualidad, este apartado de la publicación se centra en la sosticada instrumentalización de
la violencia acontecida en torno al movimiento de los derechos civiles por parte de Ronald
Reagan. Las facciones radicales de la minoría negra construyeron un discurso muy incisivo
contra las instituciones y el orden legal establecido, algo que los republicanos no dudaron
en aprovechar, a la hora de relacionar la radicalidad de algunos líderes negros con todo el
movimiento que reclamaba igualdad de derechos y oportunidades. La comunidad hispana
también consiguió un papel muy destacado, ya que algunas estafas en la seguridad social y
acciones criminales individuales sirvieron para estigmatizar a todo el colectivo. Los discursos
racistas fueron muy frecuentes en aquel tiempo, estuvieron naturalizados mediáticamente
y se asociaron con problemas ciudadanos de índole socio-económico y de seguridad. La
cuestión racial provocó una enorme brecha ideológica en el seno de todas las delegaciones
demócratas, pero especialmente en los territorios del Bible belt. Los demócratas partidarios
de la candidatura independiente de George Wallace (1968) facilitaron mucho las victorias
electorales del Partido Republicano. El candidato Reagan supo gestionar muy bien el
descontento de la mayoría blanca en 1980. Sin hacer mucho ruido, puso en marcha, lo que
algunos han denominado, la “contrarrevolución de los derechos civiles”.
La tercera parte, “President Reagan: Rolling Back the Civil Rights Revolution (1981-1989)”,
se compone de cinco capítulos (del octavo al duodécimo). En estas páginas se recogen
episodios muy conocidos y estudiados de la administración Reagan, también algunos
aspectos estridentes y polémicos, como la armación de que la separación racial por
distritos en Sudáfrica era una medida justa y efectiva, que “garantizaba” el orden social y
la seguridad en las calles (apartheid). Las amplias victorias electorales otorgaron al Partido