Revista ProPulsión. Interdisciplina en Ciencias Sociales y Humanidades
VOLUMEN III/ NÚMERO 1/ AÑO 2/ ISSN 977245257580/ PÁGINAS 90-105/ RECIBIDO: 23-05-2021/ APROBADO: 18-06-2021/ www.revpropulsion.cl
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Revista ProPulsión. Interdisciplina en Ciencias Sociales y Humanidades
Sobre el primero, se puede tomar como punto de partida el balance que Immanuel
Wallerstein coordinara a mediados de los años 1990, donde destacaba los avances de I.
Prigogine y E. Stengers en términos de un “reencantamiento del mundo” como un llamado
a derribar las barreras articiales entre seres humanos y naturaleza, al reconocer que ambos
forman parte de un universo único enmarcado por la echa del tiempo. Wallerstein advertía
sobre la necesidad de reconocer que,
los principales problemas que enfrenta una sociedad compleja no se pueden
resolver descomponiéndolos en pequeñas partes que parecen fáciles de manejar
analíticamente, sino más bien abordando estos problemas, a los seres humanos y a
la naturaleza, en toda su complejidad y en sus interrelaciones, [y bregaba por una]
mejor apreciación de la validez de la distinción ontológica entre los seres humanos
y la naturaleza…, como uno de los problemas a los que las ciencias sociales deberían
atender (Wallerstein, 2007, pp. 81, 87, 100).
En esta dirección, en la propuesta que este trabajo presenta, se recuperan enfoques y
teorías de autores provenientes de diversas disciplinas que abonan a la construcción de
un paradigma alternativo al antropocéntrico, denominado biocéntrico, cuya principal
característica es estar referenciado en la vida5.
¿Cómo afrontar el desafío de transmitir a las nuevas generaciones contenidos y sentidos
conscientes de nuestra acción en el mundo? Tal es el interrogante que guía el segundo eje
de mis preocupaciones. No es suciente con enseñar a reciclar, hacer compost y tener una
huerta, si detrás de eso no se propicia un diálogo de saberes y un intercambio de miradas
que conduzca a una reexión profunda sobre nuestro hacer como civilización. Para esto, el
punto de partida tiene que ser la Educación Ambiental –resultado del proceso internacional
inaugurado con la Conferencia de Estocolmo en 1972 (Leff, 1998, p. 178) y, luego, en 1977,
en Tbilisi6 (Georgia), donde tuvo lugar el primer encuentro internacional sobre Educación
Ambiental. Fue a partir de estas reuniones y las que le siguieron, que la educación
ambiental, como herramienta para integrar diversos contenidos en torno a pensar un
mundo sustentable, adquirió autonomía en la escena internacional. En Argentina, a partir
de la década de 1990, con la reforma constitucional de 1994 y la que se realizó en los diseños
curriculares, todas las provincias incluyeron en sus propuestas contenidos relacionados con
la Educación Ambiental7. En 2016, la provincia de Santa Fe incluyó temáticas asociadas
a la educación ambiental en los denominados Núcleos Interdisciplinarios de Contenidos
5 Vale una distinción sobre el biocentrismo. Desde la ecología profunda y otras corrientes ético-losócas, el
biocentrismo considera que toda forma de vida posee un valor en sí misma, con lo cual los seres vivientes por
el hecho de serlo son portadores de valor moral. Esto lo distingue del ecocentrismo, el cual pone el acento en el
valor que posee el mundo natural. En este trabajo, el paradigma biocéntrico está recuperado en el sentido en que
fue propuesto por el psicólogo chileno Rolando Toro que toma a la Vida como principio mayor, manifestando un
sentimiento sagrado del universo y de todo lo existente. Diversas contribuciones teóricas y losócas abonan esta
propuesta (Cavalcante y Wagner, 2017).
6 Conferencia Intergubernamental de Tbilisi sobre Educación Ambiental, 14 al 26 de octubre de 1977, organizada
por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
7 Una cronología sobre encuentros y documentos, internacionales y nacionales, puede verse en Secretaría de
Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación Educación Ambiental. Ideas y propuestas para docentes [en línea]
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL005002.pdf