SECCIÓN RESEÑAS DE LIBROS
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MÉXICO: UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
Mario Magallón Anaya
Juan de Dios Escalante
Rodríguez, (2014)
YOANA FLORES HUELLACO
A partir del siglo XX América Latina se incorpora como una nueva cosmovisión digna de
la mirada de grandes pensadores, expulsor de críticos y analíticos en torno a la historia de las
ideas, ya no se concibe como “los pueblos sin historia” como lo expresaba Hegel, pueblos que
no eran capaces de crear una autonomía bien cimentada; por la gran diversidad que existía
en ellos solo eran motivo de “conquista y dominación”. Dicha concepción europea totalitaria
solo contribuía a la ruptura del libre pensamiento y excluyendo a ciertas comunidades
humanas e históricas.
La necesidad del ser humano por explicar no sólo su pasado, sino su presente, ha llevado
en diversos contextos a implementar formas de contribuir desde diferentes ámbitos.
Encontramos el libro América Latina y su episteme analógica coordinado por Mario
Magallón Anaya y Juan de Dios Escalante Rodríguez, una aportación que no exclusivamente
literario, defendiendo una metodología multi, trans e interdisciplinaria que sirve por igual a
la educación, la política, la economía, la interculturalidad, la sociología, etc. Llenando diversos
huecos epistémicos, ofreciéndonos una herramienta para comprender la realidad desde la
trinchera de los latinoamericanistas.
Se puede percibir dos objetivos importantes en la lectura de este texto: el primero la
necesidad de explicar la realidad “proposición transformadora de las formas de conocer
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América Latina siempre cuidando al Otro”. Se ajustan y describen el panorama de lo que
tenemos en común: un escenario de violencia, de negación, individualización, de fragilidad
emocional, de diversidades tanto económicas, políticas y culturales; en segundo lugar
contexto propio, una generación epistemológica, que utiliza hermenéutica analógica
(Beuchot), como lo explican los autores, no se trata de hacer a un lado lo construido, sino
el conocimiento había venido escondiendo y velando”.
Magallón Anaya y Escalante Rodríguez se dan a la tarea de recopilar una serie de
una que explique y retome la historicidad de lo que nos rodea y nos ha rodeado. Cada
lectura es resultado de una investigación colectiva, producto del Centro de Investigaciones
en América Latina. Segunda mitad del siglo XX.
En este libro se presenta a México y Latinoamérica como portadores de una contribución
Villoro, Horacio Cerutti, etc. Haciendo referencia a la frase “estamos tan cerca y no nos
comunicamos”, en efecto, como lo mencionan, no se conoce y muy poco se ha aprovechado
hermenéutica analógica y la construcción del ethos barroco, un punto de partida de nuestro
acontecer latinoamericano.
En América Latina y su episteme analógica se categorizan producciones relacionadas a la
un breve recorrido, enfatizando conceptos e ideas claves que nos aportan una construcción
sistemática de la explicación e historicidad de la realidad.
Mario Magallón Anaya, Ana Claudia Orozco Reséndiz, Juan de Dios Escalante Rodríguez y
la historia de las ideas”, se puede percibir una interrelación que cruza entre las investigaciones
problemas más relevantes: la existencia de la vida, el ser, la ética, la verdad, la sociedad, la
historicidad, la ciencia, la tecnología, la ecología, así como el futuro de la humanidad. Es
e ir erradicando “irracionalidad y totalitarismos”, esas prácticas autoritarias, para poder
encontrar salidas de producción humana, social y cultural sustituyendo a las “dominantes
en la actualidad”.
razón” es imperante para relacionarla dentro de un contexto socio- histórico, entendiendo
sólo sobre cuestiones del método sino además de relaciones metodológicas, elaboraciones
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idea de Kant “disipar los engaños producidos por la mala inteligencia”, aunque sea necesaria
la destrucción, es mejor retomar las ideas de Magallón y Escalante, darle utilidad a todo lo
historia única.
rescatando la verdad y la historicidad como fuente para retomar las preocupaciones que
atañen a la vida social, política, económica y cultural de nuestra América.
ideas latinoamericanas desde la interdisciplina, ya que no se puede aislar, es necesario
ética y una verdadera toma de conciencia en la crítica de los acontecimientos, para que la
humanidad pueda “aprehenderla y comprenderla”.
El ser humano desde su existencia ha tenido la inquietud de saber todo lo que pasa y ha
pasado a su alrededor, su acontecer histórico, social, político, etc. Más complejo aún, cómo
se han expresado e interpretado su realidad. Juan de Dios Escalante Rodríguez formula una
reconstrucción de la “historia de las ideas” compartiendo una explicación que nos lleva desde
Platón, Hegel, Ortega, José Gaos, Leopoldo Zea, entre otros.
“Sustancialidad y causalidad” son las características que deben tener las ideas que nos
interesan -históricas- ya que dan vitalidad en la existencia óntica y fenoménica, en ellas
se centra este artículo, las sitúa en espacio y tiempo en América Latina. Para entender
el acontecer sociohistórico es imperante remontarse siglos atrás, desde la llegada de los
que van desde lo cultural, político y social. Analizar la proyección e implantación del
sometimiento y la opresión sobre los habitantes de Latinoamérica, explicar lo europeo
con la acción en circunstancia, saber qué elementos teníamos y reconstruir el pasado. “La
ser humano actúa en lo cultural y toma de conciencia de sí en su ambiente e historia”, acción
que busca la emancipación y dar sustento a la libertad, para encontrar “caminos propios para
los habitantes de América Latina” una verdadera apertura al cambio social y político, que
se describe solo “un pedazo de la realidad “como se podría pensar, ya que es evidente que
México y América Latina son el fruto de lo antes descrito y como bien expresa el autor” la
historia no se ha acabado de escribir”.
Interdisciplina, pedagogía, educación y política son requeridos para que la historia de las
latinoamericano retomando a Leopoldo Zea y José Gaos resumiendo claramente en la
siguiente idea “El pasado no interesa por él mismo. Últimamente sólo interesa para construir
el presente y el futuro. El presente es la única realidad. En él que han de hacerse más o
menos reales el pasado y el futuro”.
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Finalmente, en el artículo de Pérez Alvarado plasma la necesidad de conocer la
actividad “inútil e inconsecuente”, por el contrario, nos lleva de la mano a una explicación
teórica y socio histórica, la cual radica en analizar la sociedad productivista, donde todo se ha
para el hombre “porque su razón, no es producir ni explotar, sino mejorar la estancia del
hombre sobre el mundo”.
una utilización profunda y metódica, retoma algunas aportaciones de Ellacuría, las cuales
si ésta solo es por vanidad intelectual. Surge la incógnita ¿si tal vez por formación cultural
desde construcciones prefabricadas desde “una alteridad no vivida”, por el contrario, partir
necesarias para la construcción de su realidad: una más justa. Propone la responsabilidad
lo conmueve a preocuparse por sus semejantes. En todos nosotros está la decisión de volver
a amar al mundo o matarlo para siempre”
En un segundo apartado denominado “Filosofía, analogía y cultura en América Latina”,
tzotziles y tojolabales.
la manera de comprender el mundo y la realidad es a partir de centrarnos en contextos
concretos y sus características: dignos representantes de vivencia, sabiduría y tradición;
“nosotros” y “comunidad” dan la base de la organización y el bien de un todo, una apropiación
de asumirse éticamente como parte de la relación con lo que somos: “reconocimiento
consiente de alguien más con quien participo en la vida”. Una comunidad que práctica una
Lucía de Luna Ramírez incorpora una alternativa que se presenta con características
diferentes al modelo neoliberal. Una propuesta que va encaminada a la inclusión desechando
un proyecto económico individualista.
indígena, la mirada que ambas autoras vuelcan hacia el otro, hacia el diferente, hacia esas
minorías que por décadas han sido desterrados de su origen, de su espacio y de sus maneras
de vivir. Se ve plasmado no sólo el reconocimiento de esas comunidades, sino aún más, la
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La interculturalidad se incorpora a este cúmulo de saberes, para complementar un análisis
más exhaustivo fundamentado en que los investigadores de disciplinas humanísticas y
sociales han demostrado las diferencias de grupos y promover el respeto a las manifestaciones
culturales, en particular a pueblos nativos, inmigrantes, comunidades religiosas y otros
tantos grupos que comparten rasgos culturales. Miriam Díaz Somera utiliza la hermenéutica
analógica para dar sentido, fundamentación y argumentación, para aceptar que no hay un
solo modelo cultural que deba hegemonizar a las sociedades.
América Latina ha ido construyendo su propia identidad, la cual pone en el tintero Elías
hace una discusión sobre la cultura y el barroco, retomando a Bolívar Echeverría, exponiendo
“claves” como las que a continuación se presentan: “barroco”, “violencia” “modernidad”,
“capitalismo” “identidad” y “mestizaje” donde explica una correlación, la cual da como
resultado a una “condición de vulnerabilidad” en la que es necesaria una “reorganización
donde es imprescindible la violencia.
Un tercer apartado “Filosofía y educación en América Latina” en el que se hace una
connotación sobre la educación, la interculturalidad, la resistencia, la formación y la Alteridad.
Autores que retoman a grandes pensadores para dar explicación a las teorías, aportaciones
y propuestas investigadas.
Mariana Aguilar Bobadilla y Gabriela Vallejo Hernández mencionan que, desde el
ámbito educativo, se gestan políticas y soportan un cambio que sustentan la diversidad
cultural como hecho social en el que se generan discriminación y dominación, por lo que
es de índole importancia reformular los programas curriculares y la formación docente. Se
mira a la educación como el punto donde convergen “las diferencias en el ámbito de la
cultura y pone énfasis en los cambios generados en todos los ámbitos de la sociedad”. La
visión interdisciplinaria se pone en perspectiva, no perder de vista a la escuela como un
“espacio social en disputa” donde existe la exclusión, discriminación, integración, diferencias,
en proceso de investigación y aunque ya se han establecido en diversos países de
Latinoamérica como México, es imperante seguir en ello. La práctica de estas propuestas nos
ofrece para los habitantes de cada comunidad una aportación invaluable al modo de vivir:
pensamiento crítico, creativo y moral, sociedades con razonamientos más lógicos, sensibles,
vivir en equidad, democracia social solidaria y deliberada.
Piedras Arteaga y Pérez Sevilla plantean la necesidad de repensar que el problema no es
institucional de producción de la verdad” y reconocer las verdaderas posibilidades a las que
nos encontramos al hablar del otro, en la descripción de la alteridad, nos comparten su
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Finalmente, en el último capítulo Magallón Anaya y Escalante Rodríguez hacen una
recopilación de investigaciones sobre pensadores Latinoamericanos que se han quedado en
Desde Platón hasta Antonio Gómez Robledo, Antonio Caso, Arturo Andrés Roing y Gallegos
Rocafull, en letras de Alfonso Vela Ramos, María Esther Ofelia Posadas Ortiz, César Miguel
Sandoval Laurrobaquio Alvarado y José Leonel Vargas Hernández nos presentan un cruce
disciplinario.
El libro América Latina y su episteme analógica sin duda nos ofrece grandes aportaciones
texto que brinda de manera fácil y clara herramientas para entender la realidad, recoge
pensadores latinoamericanos.
